Ayer viajé al pasado desde un salón estilo años 50
El Candil de Barro
2/9/20251 min read
Hace 30 años estaba jugando a "resconder" (una cusiosa forma de llamar al escondite) en un patio comunitario con los que entonces eran mis mejores amigos.
Ayer, estuvimos comiendo juntos de nuevo en un salón que bien podría haber sido una scape room de la serie cuéntame. Y qué bien lo pasamos.
La mayoría dejamos de vernos en nuestros 15 años y la mayoría, si no han llegado a los 40, los están viendo llegar a un ritmo imparable.
Y qué bien lo pasamos.
Supongo que como en todos estos casos. Las historias de antaño vuelven. Pusimos en común recuerdos (modificados o reales, qué más da) y de repente habíamos vuelto a tener 15 años de nuevo.
Me alivió pensar que los recuerdos del resto coincidían con los míos. Eso quiere decir que a pesar de mi dejadez por cuidarlos aún están vigentes y limpios.
Qué descanso...
"Las raíces son importantes" dijo aquella monja desdentada de una maravillosa película de Sorrentino. Vaya si lo son y vaya si las había descuidado. Las raíces son importantes y aquel grupito de personas son las mías.
Ahora toca mantenerlas. No dejar que vuelvan a perderse. Ayer escuché varias veces decir "es como si el tiempo no hubiera pasado". Y es una suerte. Primero porque sí ha pasado, y segundo porque mantener conversaciones como las de ayer tras 25 años de ausencia no es fácil.
Qué suerte tuvimos. Qué afortunado soy. Y qué agradecido estoy.
Nunca pensé que fuese a pasarlo tan bien.
